Músicos maltratados

 

Músicos maltratados. Y aun así y si volviera a nacer, mi elección sería la misma: vivir por y para la música, hacer de cada segundo de mi vida, ritmos y partituras para que los demás disfruten. Si cada vez que toco, sirve para que una persona olvide, aunque sea por un segundo sus problemas, para mí ya vale la pena.

Os puedo parecer exagerado, pero realmente es así muchas veces. Se nos ataca, se nos insulta, nos llaman vagos, que vivimos del cuento…o como en una ocasión me dijeron a mi: «¿cobrar? encima de que te dejo tocar!!» En fin, ¡gente así hay en todos los lados!

Que en muchos países el músico está mal visto no es algo que nos venga de nuevo. Desgraciadamente, España y la mayoría de países latinos, maltratan matemática y sistemáticamente a sus talentos musicales sólo por el hecho de hacer arte. Mi opinión es que te ven tan a gusto tocando y disfrutando en el escenario, que se sienten insultados porque habitualmente sus oficios no son tan guays como el nuestro. Pero si supieran realmente todo el trabajo que ha detrás de un concierto, realmente se lo pensarían dos veces antes de criticarnos.

Hoy vamos a desmentir varios tópicos que hay sobre los músicos y luego dar algunos consejos y tips para nuestra autoprotección. Pero antes, voy a hablar del músico que está más expuesto de todos, el baterista.

Nosotros los bateristas somos los que más riesgo corremos porque:

  • Estamos sentados y sin posibilidad de movernos. Hace ya tiempo leí la crónica de un concierto de un afamado grupo americano. Estaban tocando y de repente el batería sintió un agudo dolor en la espada, luego otro más en la pierna. Se dio cuenta, ¡que desde detrás le estaban tirando…dardos!! ¡Cómo si fuera una diana!!
  • Evidentemente, no pasamos desapercibidos ni para el resto de la banda. Que levante la mano el baterista que no haya sido blanco de críticas injustificadas por parte de sus propios compañeros. Que si ahí te has ido de tiempo (¡en un cuatro por cuatro clarísimo!), que si has entrado tarde (pero no, no era el guitarrista empanado)
  • Ocupamos un espacio en el escenario. Muchas veces nos toca montar en escenarios ridículamente pequeños, cuando la sala es inmensa y en estas ocasiones siempre ha alguno que te dice: «y si montas un plato menos? ¿para qué quieres tantos timbales? ¿no puedes cambiar la posición de la batería?»
  • Siempre montamos antes que nadie. Por lo tanto, matemáticamente, siempre montamos en el lado equivocado para el resto de la banda y por supuesto, quieren que desplaces toooda la batería. «Venga, ¡si total estiramos un poco de la moqueta y entre todos la movemos” y se olvidan de que la posición milimétrica de nuestros elementos es vital para nosotros!!

Todo esto respecto a los baterístas, pero como hemos dicho antes, el resto de músicos también están perseguidos. por orden de malvistos o más vapuleados después de los bateristas, están sin duda los bajistas. Quién no ha oído aquello de…»si, ese, el de la guitarra de cuatro cuerdas» o lo que todos solíamos pensar de pequeños. Que los bajistas eligieron ese instrumento, porque no les daba la cabeza para más, ¡pero nada más lejos de la realidad!!

Quiero romper una lanza en favor de todos los bajistas del mundo, ya que ellos son nuestros mejores amigos, nuestros complementos incluso más a veces que nuestras novias, (evidentemente no en todos los casos) Y para reforzar esta idea, aquí os dejo un link de un reportaje que escribí ya hace algún tiempo, sobre la relación entre bateristas y bajistas.

Los guitarras y los cantantes ya son otro mundo, pero sobre ellos pesa la responsabilidad en cierta manera, de la banda. Si el grupo lo hace bien, se llevan los aplausos y si lo hacen mal, ¡la culpa es de la base rítmica!!

 TÓPICOS TÍPICOS SOBRE LOS MÚSICOS

  1. Los músicos nacemos sabiendo tocar perfectamente nuestro instrumento. Por eso cuando nos contratan, sólo tienen en cuenta al hora y media que estamos en el escenario. Lo de antes no cuenta.
  2. Los baterías tenemos en casa una máquina mágica que nos fabrica las baquetas y los parches. Por eso usamos tantas y tantos parches.
  3. Los músicos nos pasamos la vida de fiesta en fiesta, toda nuestra vida es un continuo «happy hour». Sobre todo, cuando ensayamos, montamos, desmontamos, broncas en casa por ir a ensayar, trabajos de toda clase para pagar nuestro instrumento, miles de horas de prácticas en casa…
  4. Los músicos siempre están ligando. ¿Cuando? Primero ensaya, luego monta, después desmonta y encima el olorcillo que solemos tener después de un bolo totalmente sudorosos…
  5. Los músicos no comemos, vivimos del aire. Sobre todo, viendo lo que nos pagan últimamente…
  6. Nunca trabajamos, siempre estamos con los «palitos» o la «guitarrita»¿Y no será envidia cochina?

Ante todos estos abusos, nos queda el consuelo que tenemos una profesión envidiada por todos. Que subimos a un escenario y viene la gente a vernos y a disfrutar con nuestro trabajo. Que en sí nunca pasamos desapercibidos, para bien o para mal. Somos especiales por hacer sentir bien a la gente.

Nuestro trabajo no es monótono y nos llena de experiencias. Podemos viajar y conocer mucha gente. Tenemos una sensibilidad especial por todas las cosas. Que vamos a dejar nuestra presencia mucho más que cualquier otra persona. La gente, mucha al menos, nos envidia, aunque no tengas ni idea de lo que cuesta vivir de esto.

Y aun así y si volviera a nacer, mi elección sería la misma: vivir por y para la música, hacer de cada segundo de mi vida, ritmos y partituras para que los demás disfruten. Si cada vez que toco, sirve para que una persona olvide, aunque sea por un segundo sus problemas, para mí ya vale la pena.

Al fin y al cabo, no conozco oficio más hermoso y duro a la vez, que el arte que sale de nuestras manos llevado a su máxima expresión, ya sea tocando, cantando, pintando, escribiendo o cualquier otro tipo de representación artística.

1 comentario en «Músicos maltratados»

Deja un comentario